Apuntes de la primera guerra y revolución rusa se amontonan en mi cama. Me sorprende como se me pasó la vida. Dieciocho años al pedo, y nunca mejor dicho. Aprendí algunas cosas, es verdad, pero nada relativamente importante, que me cambie la manera de ver el mundo. Algo realmente importante.
De la guerra relámpago a la guerra total, reza un título de "Historia general del siglo XX". Y saber si lo mataron a Francisco Fernando, no creo que me haga más inteligente, simplemente me van a tabular de más culto en la sociedad. Me autoconsidero un inútil, hace poco aprendí a prender una hornalla, que era gran foco de mis gastadas, cuando intentaba prenderlo al estilo caverna, prendiendo fuego una servilleta y acercándolo al gas.
Eso no sé si hubiera salvado a Francisco Fernando que lo maten, junto a su esposa en Sarajevo, pero me está sirviendo más a mí a la hora de preparar unos mates con mis amigos, que es mucho más importante.
Nunca creí mucho en el tema de los blogs, pero vamos a probar mi manera de contarles mi visión de la mayoría de las cosas. Algo que seguramente les va a chupar el escroto a gran parte de las personas, pero alguien lo va a leer, y capaz diga "Uh, este loco piensa como yo" o "Este chabón limó hace rato, no entiende nada".
Alemania debería dejarse de joder con todas las guerras mundiales, no se cansa de perder y perder. La carrera armamentística primero contra el Imperio Británico, y luego la bronca del Tratado de Versalles, más la locura del engendro loco de Adolfito al poder, es un cóctel delicioso.
Y aunque me guste la historia no creo que saber la importancia de Alsacia y Lorena para Francia, por sus importantes recursos naturales me haga más culto. Hoy por hoy, me voy feliz, aprendí a prender una hornalla
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